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tiistai 25. kesäkuuta 2013

En el calendario luna llena

En el calendario luna llena
pero no veo el mar de noche
no oigo los gemidos inconsolables de los cráteres
en el cielo solo la luz naufragada de la niñez
los dedos de los pies entumecidos
las palmas pegadas al volante
un soldado con calambres sentado en un pozo helado
el casco blanco por la nieve
la juventud partida en un instante
como un huevo cascado en el borde de una pila
el pitido de un silbato grande
el cráneo hecho pedazos por una granada
y los pensamientos desnudos
la piel rojiza de una gallina desplumada

si nadie avanzara a hurtadillas por el patio
solo agarraría el pene con la mano
y batiría huevos revueltos de fin de semana.

En el calendario luna llena
pero no sé leer
ver como los neumáticos claveteados hacen el amor a las calles heladas
rasgan la espalda sin arenar buscando
sitios libres
como si excavando sacaran al hombre de debajo de su piel
para ver como realmente es
para que no traicione
aunque estemos aquí desnudos
las hojas caídas al borde de la cama
en las sábanas amarillentas cartas marinas de muertos
la risa escéptica de suelos de tablas
la infidelidad sobre techos que crujen

el viento mece los barcos como una respiración pesada por satisfacción
la batalla desesperada del amor
el golpeteo salvaje de las ametralladoras en el campo desierto
un árbol hueco en medio
negro bajo las uñas
por los sitios que quedan atrás
cuyos nombres pronto cambiarán en los mapas.

En el calendario luna llena
pero sigo sin creer
sin oír como tiembla el juncal con olor a cal

cuando las ventanas del niño eterno están empañadas
las moscas muertas entre los cristales
ni siquiera el segador quiere moverse
solo la noche se acerca sigilosa
cae encima como una maldición
como el cálido vapor de la sauna del sábado de un obrero taciturno
oliendo a aliso y sudor
los zapatos de ante ajados por el armario de la historia
y hacia abajo cae grava de las fosas

la verdad hendida de las fosas comunes
una senda estricta sin señales o mapas
cuando el soldado ciego regresa a casa
en sus labios el viento avergonzado seduce y gime
tararea sacando el celo
una vez más.

traducción : Petja Nykänen & Luisa Gutierrez / Instituto Iberoamericano De Finlandia

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